Por Mons. Ramón Benito De La Rosa Y Carpio
La precaución vale por dos, nos dice un refrán popular. La precaución es estar atentos. He sido testigo de muchas personas que han sufrido un asalto, un daño por no ser precavidos, por no ser atentos. Es necesario levantar la bandera de la precaución porque, cuando no se tiene, puede causar daños muy graves, personalmente o a personas que dependen de nosotros.
En el Evangelio se nos dice estén siempre vigilantes; es la precaución, es la vigilancia. El pueblo dominicano dice que hay que estar con un ojo cerrado, pero con el otro abierto, es decir, caminar por la vida, pero con mucha precaución también. Jesús nos dice: “Sean sencillos como las palomas, pero astutos como la serpiente”. La paloma te hace caminar con sencillez, con confianza, con seguridad en la vida; pero la serpiente te recuerda que tú tienes que estar atento, astuto como la serpiente.
Son estas realidades y consejos que nos vienen desde antiguo, pero que lo necesitamos siempre, y particularmente ahora, cuando nos podemos encontrar con la inseguridad cerca de nosotros en nuestras puertas, cuando nosotros no lo vemos. Por lo tanto, busquemos caminos de seguridad con la precaución, estar atentos y educar los jóvenes y a los niños y educarnos también nosotros, y educarnos para ser precavidos.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.
