Por Mons. Ramón Benito De La Rosa y Carpio
Siguiendo nuestra práctica, queremos recordar el valor que la Iglesia dominicana propone, no solamente a sus miembros, sino a todo el pueblo dominicano en este mes de agosto: la justicia. Sin lugar a dudas, que este valor ha sido escogido para este mes, en relación con la fiesta que celebramos nosotros el 16 de agosto: la Restauración de la Independencia Nacional. Restaurar una independencia es un acto de justicia. Cuando se pierde la independencia, cuando se anexa un país es un acto de injusticia. Por eso, recordar la justicia como valor, no solamente lo ligamos a las fiestas patrias, lo ligamos al quehacer diario.
El clamor de justicia lo hacemos nosotros a los tribunales, a todo aquello que tiene que ver con leyes y con aplicación de lo que es justicia. Es el valor lo que nosotros queremos y él es el deseo nuestro. Junto a este valor se ha recordado este viejo texto de la Biblia, del profeta Miqueas: “Lo que el Señor desea de ti: que defienda los derechos y ame la libertad”. Lo que Dios quiere de todosÖ y Dios lo quiere y la historia lo quiere. Esos dos maestros de la vida, la historia, la Biblia nos enseñan a nosotros que un deseo es defender el derecho, la justicia, simplemente, y la lealtad, la fidelidad. Un valor de siempre, pero un valor que se acentúa en este mes de agosto: la justicia.
Hasta mañana, si Dios,
usted y yo lo queremos.
