Las fórmulas de la JCE

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Por Orlando Gil

RESPIRAR POR LA HERIDA.- Antoliano Peralta, uno de los aspirantes no inscrito a la Junta Central Electoral, escribió en su cuenta de Twitter: “La oposición no está mejor con esta nueva JCE. Los aliados del poder están claramente representados, no así el PRM. Esperemos”. Y algo todavía más interesante. Ese “esperemos” lo puso en mayúscula, de manera que se destacara, que se resaltara y que se fijara en la mente de sus seguidores. Como se dice popularmente “palabras han habido”, además de que nunca se respiró mejor por la herida. ¿Qué se puede esperar? Lo primero es que el sentimiento de Peralta no es único, aunque por el momento solo él lo exprese. Otros compañeros de partido que calificaban quisieron postularse, participar en el escrutinio, y no lo dejaron. Incluso se habló de someter a los organismos de disciplina a quienes desoyeran el llamado a mantenerse al margen, aunque no se conoce fallo al respecto. Esos dirigentes del partido Moderno no fueron muy beligerantes, no acudieron a los medios a defender su derecho, pero fue evidente que no compartieron la simulación de sus líderes de que no querer queriendo…  

EL BUEN SENTIDO.- Lo que finalmente se decidió con la Junta Central Electoral pudo haberse hecho desde un principio, o desde que la comisión del Senado terminó la prueba a que fueron sometidos los aspirantes o candidatos.

Si se retrasó la escogencia fue esperando que el PRM o Hipólito Mejía se decidieran, y hoy corren en competencia muchas fábulas sobre fórmulas que fueron barajadas o sobre composiciones posibles. La verdad sin embargo es que siempre se dejó una casilla vacía, esperando que la posición del PRM o del Bloque Opositor no fuera definitiva.

A falta de determinación, el PLD decidió por ellos.

No lo admiten, pero los peledeístas lo van diciendo sotto voce. Entre los aprobados hay un PRM. ¿Pero cuál? Habría que preguntarle a Adela. No obstante, se mantiene la pregunta: ¿Qué puede esperarse? Dicen que después del palo dado…Las reacciones de los sectores interesados o involucrados no dan a entender que la advertencia de algunos voceros lleve a cosas mayores. Todo lo contrario. El fait accompli podría inducir a la reflexión, a corregir el rumbo, como aconseja la prudencia y el buen sentido político…  

EL ARMA ESCONDIDA.- Lo opuesto sería someter a la nueva Junta Central Electoral a prueba desde ahora, con el propósito de afectar su autoridad con la excusa de que es parcial. Y podría hacerse de manera conjunta o individual. En todo caso debería chequearse bien, cuidar los pasos, pues hay más riesgos con los suplentes que con los titulares. Más militantes y mayores colindancias. Incluso no es un hecho casual. Siempre se estuvo abierto a la posibilidad de modificar la lista de los titulares, pero nunca la de los suplentes. Estos serían los verdaderos “monstros”. Aunque intriga la pasividad en este aspecto. Los suplentes no fueron protestados previamente, sino después que fueron votados y eran legalmente parte del organismo de elecciones.

Los suplentes por tanto fueron una maniobra estratégica, muy sigilosa, con la que el PLD cubrió sus espaldas por si tenía que conceder más de lo debido. El PRM o el Bloque Opositor no detectaron la jugada y mucho menos midieron la consecuencia…  

ENTRE ESPEREMOS.- La nueva Junta Central Electoral no ha hablado ni intercambiado con los partidos, sean los oficialistas o los de oposición. Ni la una ni los otros pueden saber a qué atenerse, o de qué abstenerse, viendo que la circunstancia es un signo de interrogación abierto. Entre los “ esperemos ” podría considerarse pasar la página, no quedarse atascado en JCE, ya que existen otras tareas. Pendientes, inmediatas y decisivas. No conviene mirar mucho atrás, tampoco, si el oponente avanza sin parar. Las estatuas de sal no son muy válidas en política. El PRM y el Bloque Opositor estuvieron viendo el árbol, justo que ahora observen el bosque completo. Incluso se puede chocar, pues serán muchos los escollos en el camino. Lo que no puede es chocar con la misma piedra, que ni que fuera Julio Iglesias. La oposición podría pedir lo imposible, como que llueva hacia arriba, de manera que se inunde el cielo y no la tierra, pero más que Junta Central Electoral debe interesarse en el Tribunal Superior Electoral y la legislación de Partidos y Electoral.

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