Por Orlando Gil
CINISMO EN PIE.- La comisión de Ética del PRM se reunió la semana pasada, algo así como el jueves, y no actuó como se esperaba después que la Dirección Ejecutiva había aprobado una política de línea dura contra los dirigentes que desoyeran sus orientaciones. En particular los aspirantes a posiciones en la Junta Central Electoral y Cámara de Cuentas. O más especifico todavía: Antonio Hernández Domínguez y José Marte Piantini.
Qué realmente pasó? Hablando como los locos llegaron a la cínica conclusión de que Hernández Domínguez y Marte Piantini contaban con el favor de Hipólito Mejía y de Luis Abinader, respectivamente. El Domínguez sugiere familia y el Pastor es un hombre de la intimidad política del excandidato presidencial del partido Moderno. Marte Piantini vino al PRM desde la Alianza Social Dominicana, donde era el delegado ante el organismo de elecciones.
Se pensó que esa posición la ocuparía Salvador Ramos, quien fue dejado sin funciones en el PRD y que era el lógico titular por sus conocimientos y experiencia. No debe olvidarse que al PRM se venía con el rango que se ostentara en el PRD. Si Ramos era el delegado, debía seguir siéndolo…
BURRO Y APAREJO.- Como dice el refrán, una cosa era la que pensaba el burro (esto es, el PRM), y otra el que lo aparejaba (es decir, Luis Abinader). José Marte Piantini se mantuvo como ‘El Hombre Fuerte’ en la Junta, con el refunfuño callado de la gente de Hipólito Mejía. ¿Por qué se cree que Abinader apoya a Marte Piantini, del mismo modo que Mejía a Hernández Domínguez? Los comisionados entienden que sí, y la razón es muy sencilla. Ninguno de los dos, Abinader y Mejía, se pronuncian a favor de las sanciones. ¿Cómo juzgar o expulsar de manera sumaria a dos ungidos? Sería como juzgar y expulsar a Abinader y a Mejía, y hasta ahí no está dispuesto a llegar, al parecer, José García Ramírez, encargado o responsable de la comisión de Ética. Se supone que esa instancia está para resolver situaciones y no para complicarlas o agravarlas.
Abinader e Hipólito tienen derecho a jugar con cartas marcadas, o con doble ficha, pues en política lo importante no es estanque, sino si el agua se mueve y los peces se puedan agarrar…
COMISIÓN, CONSENSO.- La prudencia de la comisión de Ética, además de sintomática, es resultado de un consenso.
La actitud de Hipólito Mejía y Luis Abinader, de no pronunciarse de manera firme contra la decisión de Antonio Hernández Domínguez y José Marte Piantini, de aspirar a la Junta Central Electoral y Cámara de Cuentas, la interpretan de igual modo José García Ramírez, Josefa Castillo y Luis Delgado, presentes en la reunión del pasado jueves. No por García Ramírez, y tampoco por Delgado, pero sí por Castillo, el doble juego es claro. La diputada es una dirigente cercana a Abinader, de manera que debe conocer su estrategia, pero no la que se expone públicamente, sino la que se aplica hacia el interior del grupo. Entonces, si ella dice que votará por el Pastor, no es por disidencia, insurgencia, desconocimiento de la línea política del PRM. Castillo es “una mujer del caray”, disciplinada y consecuente, y la prueba al canto. Fue escogida, en su condición de diputada de oposición, como miembro del Consejo Nacional de la Magistratura…
ARRIBA EL RANCHO.- Josefa Castillo considera que el PRM debió mandar a inscribir gente, y parece que esa es la opinión de Hipólito Mejía, aunque al igual que Luis Abinader, para llenar el requisito de una línea política abierta, convencieron a Antoliano Peralta y a Salvador Ramos de mantenerse al margen del escrutinio. Sin embargo, Mejía se toma libertades. Como la de ir a conversar de café con Danilo Medina. Lo que no logra la oposición de hablar en persona, de tú a tú, con el Presidente de la República, a pesar del reclamo y la insistencia, para Mejía es el mejor chiste de fin de semana. Rancho Arriba, no Rancho Ardiendo. Se alegará que no trataron más que de café, de reforestación, de agricultura, y no hay por qué decirles que no. ¡Y qué bueno! No obstante, hay que recordar que fue un chinito el que se perdió en un bosque de la China, y que la política se maneja con otros códigos.
Lo importante es que Medina y Mejía se vieron, y que así como se vieron en una actividad en el campo, podrían verse en la ciudad cuando quieran. La despedida bien pudo haber sido: ¿Cuándo nos vemos?…