La desnaturalización de la AMET

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Por Yovanny A. Díaz M.

Mucho ha pasado desde los días en que la ciudadanía veía con admiración a un agente de la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET). Dulces recuerdos aun vagan en nosotros de esas épocas en que la AMET tenía un carácter administrativo, en que la justicia era un valor que guiaba su ejercicio y por tanto, podía usted ser un carbonero o un general  y si vulneraba la norma, era fiscalizado. La decencia y el decoro adornaban su proceder, en tanto rectitud nunca le quito modales para dirigirse a los ciudadanos, siempre recordaremos la gestión de Hamlet Hermann.  

Un buen día decidimos obviar las normas bíblicas y procedimos a “tirar perlas a los cerdos”, entonces la AMET pasó a la Policía, quedo atrás la decencia y el decoro, para que hoy su accionar este dominado por la soberbia y la prepotencia selectiva, en la que existen dos clases de conductores unos con inmunidad y otros con el perfil a fiscalizar. 

Entre los que tienen inmunidad, los funcionarios electos, los militares de alta graduación, los taxistas y choferes de guagua y carros públicos, de estos últimos y su obrar no tengo nada que agregar; el perfil para fiscalizar se compone de los pendejos que tenemos un vehículo más o menos en condición y que para ello hipotecamos nuestro derecho a comer bien, trabajando de Sol a Sol y sudando el mínimo chele, pues saben ellos que no tenemos tiempo para ir al tribunal, ósea que nos toman de carne de cañón. 

Resulta injusto e indignante que sus agentes observen ese comportamiento con los ciudadanos que aportan y apuestan por un mejor país día a día, con los que pagan la peor carga de impuesto y con los que aspiran recibir cuando menos un “buenos días” de alguien a quien pagan su sueldo. 

La historia es otra, la sociedad no sólo recibe operativos en los que se pretenden lograr cuotas de multas, en lugar de viabilizar el tránsito, Spray picante a los ojos, golpes de la turba que caracteriza la AMET y la última tecnología que es agredir al ciudadano provocándole con palabras y grabándoles; video que, luego de editado, es subido a las redes con el fin de asesinar la moral y el buen nombre de ciudadanos que en realidad han sido provocados y agredidos por sus agentes. Aun no comprendemos cuando esa institución se volvió una agencia de videítos.    

¿Qué pasaría si algunos ciudadanos deciden grabar al Director de AMET, exigiéndoles información pública saltándose el proceso y sólo usan una cámara para hostigarle? Creo que él se sentiría agredido. ¿Sabe el Director cuál sería la historia si el esposo o un familiar armado de la Fiscal agredida  llega en ese momento? Creo que la misma que si le pasará a su esposa. Seamos serios, le hablo de hombre a hombre aunque suene sexista. 

Vamos a bajar los niveles de violencia en la sociedad y el tránsito, el país necesita una AMET desmilitarizada  y con rostro ciudadano, que no de ordenes sino que oriente al cumplimiento de la Ley  y fiscalice, como no, pero a todos. Que empiece por la placa de sus unidades, el nombre de su agentes y que deje de grabar y asesinar el nombre de los ciudadanos, la institución no está para subir videos, ni para shows, es feo que ahora se dude del asunto aquél del sobrino del Ministro y del video editado de mala calidad del tema del Querido. Las instituciones son lo que el ciudadano crea de ellas.  

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